Gustavo Corrales Romero, lo simple es hermoso
Por Tania Farias
El pasado 28 de junio me dirigí al Schott Recital Room ubicado en pleno corazón de Londres, para asistir a la presentación del pianista cubano-holandés Gustavo Corrales Romero. Al llegar al lugar donde se realizaría el recital me encontré con esta persona que irradiaba energía y entusiasmo por su trabajo. Con una sonrisa constante, Gustavo respondió a cada una de mis preguntas y durante una media hora me habló de su música, de su formación, de su carrera y de sus proyectos.
Poco tiempo después, el recital dio inicio y desde el primer acorde me sentí envuelta por sonidos y ritmos que sonaban a la vez familiares y desconocidos. En pocos segundos me transporté a la Cuba de 1900 y extrañamente sentí nostalgia por un país en el que nunca he estado y por una época que no he vivido. Con cada nueva interpretación, Gustavo nos llevó a un lugar diferente y durante los aproximadamente 70 minutos que duró el recital, los presentes visitamos Venezuela, Aruba, Paraguay y Curazao, entre otros países.
Gustavo Corrales Romero cuenta con una larga e importante formación musical, la cual inició a muy temprana edad en su Cuba natal. Tuvo la oportunidad posteriormente de estudiar en el reconocido conservatorio P.I. Tchaikovsky en Moscú. A lo largo de su carrera, Gustavo ha explorado diferentes estilos musicales partiendo desde los compositores clásicos como Bach, Mozart, Schubert, pasando por la música contemporánea hasta llegar a su nueva propuesta interpretando a compositores académicos latinoamericanos del siglo XIX.
“A lo que yo me estoy dedicando últimamente es a la interpretación de la música de compositores clásicos latinoamericanos, los cuales tienen diferentes tendencias estéticas y que aunque todos se basan en el nacionalismo musical, unos recrean más las formas populares que otros. Hay piezas que son prácticamente transcripciones de un joropo venezolano, pero hay otras que son más bien recreaciones de algo, por ejemplo, la que hizo Marlos Nobre del Frevo, una danza callejera que nació en Pernambuco, Brasil. El hombre ha hecho una interpretación en música de lo que se supone que es esa danza, que físicamente es muy viva, muy acrobática. Él se ha apropiado de la danza misma a través de contratiempos, acentos, síncopa.”
Durante nuestra conversación Gustavo me contó como nació su interés por este tipo de música que está inspirada en ritmos populares y folklóricos latinoamericanos.
“Me cansé de la música clásica europea. La educación de nosotros es clásica, tradicional. Desde que tiene uno siete años se empieza en el sistema de enseñanza y hay exámenes tras exámenes y concursos nacionales para seguir a los próximos niveles. Es bastante serio. Todo ese tiempo era Mozart, Schubert, los clásicos europeos de la misma manera que en la enseñanza de las artes visuales son los clásicos, Tintoretto, Rembrandt. En Cuba, yo no me interesaba por la música latina y por la música cubana menos todavía Para mi gusto era demasiado ordinaria. Por supuesto era ignorancia juvenil. Pero una vez que me fui de Cuba, creo que eso le pasa a todos los que emigran ya que se necesita esa distancia para acercarse surgió el interés por leerme a todos los compositores y escritores cubanos que no había leído antes. Entonces me interesé mucho por esta literatura y también por la música cubana.”
“Cuando salí del conservatorio de arte yo me dediqué a hacer música contemporánea de compositores de mi generación. Nunca sentí más placer que eso. Era música muy rara, disonante con un nivel de complejidad muy alto. Es una música que tienes que comprender, no la disfrutas. Acabé con eso. Ahora me parece que la música debería recibirse de manera simple.”
El pianista ha grabado tres discos, dos de los cuales han sido como solista. Su primera grabación la realizó en Cuba como parte de un elenco de intérpretes de las composiciones creadas por el reconocido compositor cubano Harold Gramach. Sin embargo, su primer disco como solista lo grabó después de su partida de la isla caribeña. “Mi primer disco solo Palimpsesto, no fue Schubert, ni Mozart, sino de compositores latinoamericanos desde el siglo XIX hasta el presente. Y este último disco es hecho para mi madre y para mi abuela, un disco que tú puedes poner en el carro y que te acaricia el oído. El diseño incluso de la portada es una reproducción de los azulejos de nuestra casa que data de siglo XIX. Es un azulejo de Art nouveau. Pero, no hay que confundir, cuando hablo de simpleza no quiero decir que son dos notas. No. Estoy hablando de lo que transmite la música. Es simple para el oído, pero son obras echas por compositores que tienen una formación académica y que conocen de contrapunto y de armonía tradicional y moderna.”
Según el artista existe una importante evolución entre su primera grabación y su segundo disco titulado Fresco. “Primero se amplió el rango de compositores, y luego que ya no tengo interés en demostrar nada. Esta música en Europa es desconocida o quizá no es suficientemente gustada, pero no es mi experiencia, porque cada vez que yo la toco personas bien ortodoxas que gustan solamente de la música clásica me vienen a decir – yo no sabía que existía ese tipo de música, que cosa más linda-”.
Sobre la contribución de los latinoamericanos al mundo de la música clásica, Gustavo nos dijo: “Lo que los latinoamericanos podrían aportar ya lo está demostrando ese fabuloso proyecto que es El Sistema (de Orquestas de Venezuela). A mí me impresiona mucho eso. La música como nos la enseñaron a nosotros es: agarra tu instrumento, repite meticulosamente, estúdialo todo, perfecciónalo todo y luego siéntate en la sala de concierto y toca. Para los niños de las orquestas es más parte de sus existencias cotidianas. Me da la impresión que no es una profesión que tienes que aprender aunque te guste, aunque tengas vocación, es como parte de la vida y eso hace que lo asuman de una manera más orgánica, más natural.”
Además de la música, Gustavo Corrales también incursionó recientemente en la literatura con su primer libro titulado Los herederos. Para él, existe una íntima relación entre la música y la literatura. “Si uno desde pequeño ha estado involucrado en el arte haciendo música y tiene la noción del ritmo, del tiempo, de la organización de una pieza, cuándo hay un clímax, cuándo hay que seguir, cuándo hay un silencio, el ritmo interno de la obra, todo eso es aplicable a la literatura.”
Con respecto a Los herederos, Gustavo me dijo que “es un libro simple también. Todo el que me conoció, lo primero que les extrañó fue el lenguaje del libro y la atmosfera. Todo el mundo esperaba de mí un ladrillo, un libro complicado, minucioso. Pero ya yo gravité hasta la simpleza y mi primer libro está escrito con un lenguaje de la calle. Hice una historia de los años 70 de cuando yo era un niño, y yo fui un niño de provincia, donde las normas educativas son muchas más rígidas. El libro es sobre Guantánamo, un lugarcito pequeño con calles limpias”. También me comentó un poco sobre lo que será su segundo libro “Este segundo libro también es sobre Guantánamo. Menos coloquial, más intenso. Son cuatro historias de cuatro épocas de la ciudad: Siglo XIX todavía esclavismo, la República, la Revolución y el futuro. “
Para finalizar nuestra entrevista Gustavo Corrales me habló de sus próximos planes “Hay un par de cosas que estamos manejando, queremos ir a España, Portugal. El año que viene queremos ir a Nueva York. Y quizás este año también iremos a Aruba. En sí, los planes es seguir tocando, seguir tocando, seguir publicando, este es nuestro mundo.”