El mundo entero es un escenario: Entrevista a Jean Christophe Pardo, El Francés del Tren
Por Eleanor Rosenbach
En Argentina, el arte callejero abunda. Las plazas, las esquinas y hasta los medios de transporte se convierten en escenarios potenciales para artistas de todo tipo, y cualquier multitud es su público posible.
Jean Christophe Pardo, hijo de refugiados políticos durante la última dictadura argentina, es más conocido por el seudónimo El Francés del Tren, inspirado por su nacionalidad y ocupación de músico ambulante. Proveniente de una familia con una larga tradición en el mundo de la música, se le puede considerar heredero de esta pasión, ya que ambos padres son músicos y su abuelo fue un célebre artista de tango argentino, Mario Pardo, El Francés es un multi-instrumentista a quien se le puede encontrar fusionando estilos, llenando los espacios públicos y medios de transporte de Buenos Aires. En esta charla nos cuenta del tren como escenario, de su desarrollo artístico en este ámbito, y cómo ganarse el lugar y el respeto de la gente en un espacio poco habitual.
Ventana Latina: ¿La música siempre fue una parte de tu vida?
Jean Christophe Pardo: Desde que estaba en la panza de mi madre, escuchaba música clásica, y luego cuando nací vivía rodeado de músicos. Mi abuelo fue un músico famoso en Argentina, mi padre es músico, toca música popular latinoamericana, jazz, y sobre todo es compositor de música clásica. Mi madre también es música, profesora de piano y de danzas clásicas.
VL: Tienes mucha influencia musical en tu ámbito familiar, ¿destacarías alguna en particular?
JCP: Lo que considero que más me ha influido fue de escuchar uno de los grupos en los que tocaba mi padre de joven o cuando era más joven, el grupo Ana Cruza. De ahí me quedo el gusto por fusionar distintos ritmos latinoamericanos en general, y también de usar instrumentos más nativos como la quena, la quena travesera, para algunas partes de mis composiciones que considero más afines a esos estilos. Esa es una de las influencias que más me quedó. De chico me maté escuchando varios estilos musicales.
VL: Eres multi instrumentalista, tocas flauta, quena, guitarra, bajo, cantas…
JCP: Sí. De lo que menos me considero músico es a nivel de la voz, como cantante. Si bien a mucha gente le gusta mi voz o cómo canto, no soy un tipo disciplinado a la hora de trabajar mi voz. No me considero cantante. Pero guitarrista, bajista, baterista, flautista, sí. Me dedico más a la quena travesera.
VL: Utilizaste la quena travesera para el jazz, ¿cierto?
JCP: Sí, alguna que otra vez lo fusioné en un jam sesión de jazz. Me gusta, es divertido usar un instrumento que no suele formar parte de ciertos estilos musicales. A mí me gusta hacer hasta rock con la quena traversa, de hecho con mi compañero Gabriel Solari estamos haciendo unos temas nuevos, estamos reventando más ritmos dentro de lo Latino, Latino pop rock, estamos fusionando ritmos de la guajira con rock, donde hay solos de quena bastantes interesantes.
VL: ¿Cómo llegaste a tocar en el tren?
JCP: El tren es donde voy a difundir mi música. Soy cantautor y compositor, y el tren es la forma más directa que encontré para llegar a la gente. Todo comenzó hace 14 años atrás, al reencontrarme con un amigo que hacía 6 años que no veía. Me lo encontré tocando música en un túnel que pasa por debajo de las vías del tren en la estación de Burzaco, una parte del conurbano bonaerense de Buenos Aires. A raíz de ese día, decidimos formar un grupo que llamamos El Túnel, precisamente por el túnel de Burzaco. A mí se me ocurrió que en vez de tocar ahí, en el túnel, podíamos subir al tren, ya que así tendríamos más acceso a la gente y por lo tanto, más posibilidad de atraer público. Entonces subimos, empezamos cantando canciones conocidas. Después de una semana empezamos a cantar nuestras canciones propias y compusimos nuevas, obteniendo una buena repercusión. A la gente le gustó nuestra música, nuestras letras, nuestros juegos de voces.
VL: ¿Siguen tocando juntos en el Tren?
JCP: Sí, seguimos. Después de un tiempo separados, Gabriel Solari y yo volvimos en forma de dúo. El tren sigue siendo un lugar importante para nosotros, ahí vendemos nuestros discos y difundimos nuestra propuesta, la gente nos sigue a través de las redes sociales para escuchar nuestros temas, ver nuestros videos, y lo más importante, comprar nuestros discos.
VL: ¿Y cómo les recibe la gente?
JCP: A diferencia de muchos artistas de la calle y del tren, cantamos exclusivamente canciones propias. La gente está acostumbrada a ver un artista y que cante, como se dice acá, “una que sepamos todos”. Nosotros siempre nos rebelamos ante eso y decidimos que nosotros también tenemos cosas que decir, entonces cantamos nuestros temas y hasta ahora llevamos 14 años ganándonos el respeto de la gente por esa decisión nuestra, de mantener la autenticidad de lo hacemos.
VL: Sus letras en un principio eran bastante políticas y con mucho contenido social ¿Su música sigue teniendo enfoque político?
JCP: No, no tanto como al principio. Porque en el comienzo era otra época en Argentina donde realmente la cosa estaba mucho peor de lo que está ahora. Además, éramos más jóvenes y teníamos esa cosa, flor de piel, de querer cambiar el mundo. Por mi parte, los temas son más introspectivos, una mirada de uno hacia uno mismo. Quiero mantener un poco fuera mis pensamientos netamente políticos, no canto bajo ninguna bandera política.
VL: Eres canto-autor y compositor. ¿El tren es un espacio en que puedes probar nuevos temas o hasta componer en vivo?
JCP: Componer en vivo no, pero si vamos puliendo las canciones en vivo. Vamos cantando y vamos viendo si agregamos esto o quitamos el otro. En eso nos ayuda bastante la respuesta de la gente. Vemos cómo se queda la gente cuando vamos presentando un tema nuevo. Es algo así como una ida y vuelta entre público y músico.
VL: ¿Crees que tu estilo propio ha ido cambiando en función a la respuesta de la gente?
JCP: En parte sí, porque hay música que yo quisiera hacer y no pude. Yo me considero un firme defensor del arte pero hay que tener en cuenta que yo también quiero vender mi propio arte y dentro de lo que vende, siempre mantengo mi estilo personal y lo que me gusta hacer. Por suerte dentro de lo que a mí me gusta hacer, encuentro la ventaja que a la gente también le gusta.
VL: ¿Te gusta la idea de que haya gente a la que le gusta mucho tu música y reciba un show gratis, sin compromiso de pagar nada?
JCP: Sí, por supuesto. Prefiero un vagón con buena energía por parte de la gente que un vagón en que solamente me den dinero y con aire de limosna. De hecho, muchas veces cuando hay gente que ha estado todo el tiempo hablando mientras tocaba un tema y luego pretenden darme plata, yo digo que les agradezco pero que no, que no han entendido nada, no estaban prestando atención por lo que no acepto su dinero. No acepto dinero de la gente que pretende darme por lastima, acepto de la gente que me valora.
VL: Llevas tu música a la gente, en vez de que la gente tenga que venir a verte a ti. ¿Creés que eso es un rol importante de la artista, llevar su arte al público en vez de al revés?
JCP: Sí, en los viejos tiempos siempre fue así. Ahora con el mercado, con la difusión masiva, las cosas han cambiado. El actual mercado de arte ha cambiado el rol del artista, ahora con las redes sociales es más fácil llegar directamente a la gente, que te sigan, que seas tú el que les lleves tu arte a ellos.
VL: ¿Piensas en tocar en otros ámbitos, para ampliar tu público?
JCP: Sí, claro, en eso estamos. Pero lo que más me importa es que el mensaje llegue. Muchas veces me han propuesto hacer otra cosa, cambiar ciertos aspectos de lo que hago para llegar a vender mejor. No me interesa eso, me importa más que a la gente realmente le guste lo que hago. Lo bueno del tren es que vos sabes que la gente no está obligada a que le guste lo que uno hace. Si eso ocurre, si te aplaude, es un aplauso de verdad. No es como una cena-show en que la gente aplaude por una cuestión de protocolo. En el tren la gente no tiene ganas de aplaudir si no le gusta lo que uno hace. Hay gente que aplaude con fervor, porque realmente le gusta, su aplauso es sincero. En el tren hay que ganarse al público, hay que ganarse su cariño de alguna manera. Es lindo eso.
A lo largo de estos 14 años él se lo ha ganado, convirtiéndose en el protagonista del escenario sobre las vías y logrando tener un público fiel que va de los 10 hasta los 70 años de edad.
Para los que quieren saber más de él, su música prolifera en las redes sociales, El Francés del Tren se encuentra en Facebook y YouTube. Por los que visitan Argentina, se le encuentra llenando los vagones de la línea Ex Roca diariamente con su arte único.