Magia
Por el Chache y la Jara
La Jara: ¿Crees en la magia?
El Chache: Depende…¿a qué magia te refieres?
La Jara: No sé…a ver ¿tú que entiendes por magia?
El Chache: Si entendemos por magia la capacidad de ver más allá de la realidad, sí creo en la magia. Ahora, si hablamos de magia en términos de controlar lo sobrenatural ahí ya la cosa se me escapa. ¿Y tú? ¿Por qué preguntas?
La Jara: Pues porque me da la sensación de que hoy en día estamos perdiendo la capacidad de creer en la magia. En esa primera magia de la que hablas…en la capacidad de ver algo que hay detrás de lo que nos rodea.
El Chache: Sin duda. Si hay algo que necesita la magia, sea cual sea, es tiempo para ser percibida. Y tiempo es precisamente lo que falta en el mundo actual. Se necesita tiempo para pasear y escuchar el sonido del Otoño al pisar un puñado de hojas secas, o para ver cómo el brillo del atardecer se refleja en el agua. En la ciudad, le damos patadas a las hojas y los atardeceres a veces se esconden tras un gran edificio de hormigón.
La Jara: O damos por sentado que las estrellas no salen y nos olvidamos de mirar al cielo.
El Chache: Y no es que no salgan, es que no las dejamos salir.
La Jara: Contaminamos el cielo con un exceso de luz artificial que nos impide verlas para que la ciudad no duerma, ni sueñe.
El Chache: Solo hay tiempo para trabajar y correr de un lado a otro, pisando y aplastando todo a nuestro paso. En esas condiciones la magia no sale, no puede salir.
La Jara: Entonces seamos magos.
El Chache: ¿Cómo?
La Jara: Nuestra tarea sería no la de hacer magia sino la de observar la magia…, percibir la magia.
El Chache: ¿Nuestra? ¿De quienes? ¿Los artistas? ¿Los escritores? ¿La gente guapa y simpática como nosotros?
La Jara: Nooooo. Todo el mundo, cualquier persona. Simplemente sería necesario abrir los ojos a lo que por costumbre no prestamos atención. La magia que hace que nuestro corazón bombee sangre sin parar durante años. La magia que hace que a la primavera le siga el verano, la magia que hace que volemos en máquinas de metal. La magia que hace que de una semilla salga una flor y de esa flor un fruto.
El Chache: Es decir; seguir sorprendiéndonos. No dejar que la cotidianeidad nos imponga su velo. Ser como niños que todo lo ven con una mirada de descubrimiento.
La Jara: Eso. Como niños y magos.
El Chache: Uf. Ahí es nada. Que tarea tan difícil.
La Jara: Es que nadie dijo que ser mago fuera fácil, y más en estos tiempos que corren.
El Chache: Pues entonces será un reto.
La Jara: Uno grande y difícil.
El Chache: Pues yo a falta de traje de mago ya tengo puesto el pijama.
La Jara: Pues venga, a dormir… y a soñar.