El Incendio: reseña de cine

Jul 06, 2015 Comments Off on El Incendio: reseña de cine by

Por Danila Bragagnini

“Recuerdo despertar una mañana y encontrar todo teñido del color del amor olvidado, y eso también lo he memorizado.” El verso lacónico de Charles Bukowski, inmortalizado en el poema Memoria, resume en un par de líneas la primera escena del último largometraje de Juan Schnitman. Lucía yace junto a su novio dormido y junta el valor para despertarlo mientras se traga, nerviosa, la angustia definitiva de la mañana. Así comienza El Incendio, la joya argentina del East End Film Festival que se estrenará en las pantallas de Londres el miércoles 8 de julio.

Lucía y Marcelo despiertan exaltados. Es que ese día deben llevar cien mil dólares a la inmobiliaria, firmar la escritura de su primera casa y mudarse esa misma tarde a su nuevo hogar compartido. Pero el dueño de la vivienda que van a comprar no llega a la reunión de las 11, y deben pasar el trámite para el día siguiente. Ese suceso de trivial y sin importancia parece ser la inyección letal de una relación que, ya raquítica y malograda, muestra en sus primeras interacciones pocas chances de superación.

El Incendio, ese compendio de escenas porteñas, ilustra el itinerario de una pareja joven que se desintegra a cada instante esperando la cita del día siguiente. Cada diálogo parece ser el obituaro de su vínculo, todas las escenas tienen cierta tensión y el trato mutuo es tan violento y desaliñado que al espectador se le hace imposible creer que alguna vez se quisieron en serio. La película de Schnitman es la Blue Valentine latina, ya que utiliza su misma lógica de desgaste, pero con un relato condensado en 24 horas aparentemente mortíferas. Es heredera del film de Cianfrance, pero sin el elemento cinematográfico de coming-of-age y con un desenlace más cautivador y crudo.

La historia de Lucía y Marcelo simboliza la resignación (hija de la postmodernidad) de la corrupción de ese amor eterno de antaño, los diálogos de pareja “de manual” son intencionales y esa violencia, que bordea el límite del maltrato físico intenso pero nunca estalla a pleno, es garantía de cotidianeidad, es la moneda corriente de nuestra era. Su historia no cuestiona los vínculos actuales, mas bien asevera tendencias y ejemplifica.

La película puede presentarse, bajo cierto cinismo bukowskiano, como una militante universal del pesimismo amoroso. Schnitman tal vez no quiso abiertamente generalizar sobre la finitud de las parejas modernas. Tal vez, su intención no fue sentenciar una condena perpetua, ni mucho menos validar los hábitos de violencia. Pero este cuento tan fugaz de un lazo que se desintegra en horas, ese relato de un contrato que se firma sin voluntad efusiva, se siente, por un instante desolador, como inevitable para todos.

El East End Film Festival continúa hasta el 12 de julio. Éste es el programa completo.

Cine, Guía Cultural, Julio

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