Un paseo por los sabores de Latinoamérica desde el mercado de Seven Sisters en el norte de Londres
El mercado de Seven Sisters del norte de Londres, es considerado como la segunda mayor concentración londinense de empresas latinoamericanas, después de Elephant & Castle. Empresas enfocadas a la gastronomía principalmente y concentradas casi en su mayoría en el llamado mercado Pueblito Paisa en el Wards Corner.
Como el propio nombre deja entrever, Pueblito Paisa – en referencia a la representación de un típico pueblo antioqueño de comienzos del siglo XX, que se encuentra en Medellin, Colombia – es un mercado compuesto por una mayoría colombiana en un barrio considerado uno de los más variados étnicamente en Europa.
Dentro del mercado, aparecen estrechos pasillos con pequeños locales o “units” como se hacen llamar, y se exhibe sus servicios, ya sea de alquiler de DVDs, venta de ropa, peluquería y belleza o gastronomía. Entre uno de esos pasillos, se encuentra un café colombiano, que dispone de una pequeña terraza improvisada en el primer piso. Pablo, el dueño del local, nos explica la gran variedad gastronómica que ofrece su negocio. Desde arepas rellenas, empanadas a jugos naturales, todo acompañado de una televisión con música latina en todo momento, mientras las personas pasan por delante del local lanzando un saludo al aire. Y es que son negocios que cambian de dueño pero que se mantienen desde hace por lo menos una decena de años en el mercado.
En este café colombiano ofrecen los típicos Calentados colombianos, “desayunos completos con fríjoles, arroz, queso, arepas, huevos con perico y cebolla con carne, chicharrón o chorizos” como nos explica Pablo. E incluso para los nostálgicos, también ofrecen independientemente de la temporada, los Tamales, “platos típicos de Navidad, con maíz picado con el que se hace una especie de masa en hoja de plátano verde”.
Arepas paisa, con maíz pilado, hervido y molido o arepas venezolanas con harina de pan. La elección está en manos del visitante.
Clientela de mayoría latina deambula por el mercado, “que tiene una función muy importante para la comunidad latinoamericana” pero que últimamente ha estado “un poco descuidado”, nos confiesa Pablo, una clientela que acude ya sea para comer, comprar o “disfrutar de los amigos con un ponymalta”, una bebida gaseosa muy conocida y celebrada en Latinoamérica.
El mercado es bullicioso y la gastronomía irradia por todas las esquinas, desde un puesto improvisado con los dulces colombianos “solteritas” hechos de harina de trigo y dulce de leche, hasta una carnicería latina donde importan carnes argentinas como el sirloin argentino y la punta de anca.
En otra de las esquinas del mercado nos encontramos con una tienda de productos latinoamericanos provenientes de todos los puntos del continente. Desde Centroamérica, se pueden descubrir especies dominicanas como chilis y granos, pasando por las enchiladas mexicanas, salsas de tomatillo, picantes o harinas de maíz especialmente refinadas para hacer tortillas, hasta productos peruanos y bolivianos. Sopas de choclo, sopas de morocho, diferentes tipos de maíz, picantes enlatados o secos, hierbas medicinales, la lista es gigantesca. Una tienda que lleva diez años abierta y como dice Alfonso, trabajador de la tienda, “por ahora es la única tienda en el norte de Londres” que venda tanta variedad de productos latinoamericanos.
Cuando preguntamos sobre la forma de importación de los productos latinoamericanos que se encuentran en el mercado, Alfonso nos explica que en su particular caso importan de cuatro diferentes empresas asentadas en Reino Unido y que los impuestos varían mucho dependiendo de si están enlatados o al vacío. Impuestos que afectan al precio final del consumidor pero que según se observa, muchos latinoamericanos están dispuestos a afrontar con el fin de poder disfrutar de los manjares de sus tierras.
La clientela por otro lado, cuenta con algunos esporádicos ingleses aunque la mayoría se compone de latinos. “Muchos de los ingleses vienen a mirar y dicen “I am just looking”, cuenta Alfonso, “yo les explico que esto es un dulce, esto es un picante, pero a los ingleses los enamoras con empanadas y jugo de lulo” (fruta cítrica cultivada en Colombia, Perú, Ecuador y Centroamérica). Sin embargo los productos “que más triunfan entre los ingleses son las arepas y las aguardientes”, confiesa Alfonso.
La contribución del mercado a la economía local así como el soporte que supone para una gran comunidad, fuerte y comprometida, no se pone en duda pese las constantes amenazas de demolición del mercado desde hace ya más de siete años para su reurbanización. “El sesenta por ciento de lo que los latinos de Seven Sisters consumen lo compran aquí” afirma Alfonso, “entre semana compran su comida y los fines de semana se reúnen aquí”.
Por otro lado como Alfonso añade, un gran número de latinos “no hablan inglés” y encuentran en el mercado un resguardo donde no solamente la cultura no varía sino que la gastronomía se mantiene fiel a la tradición. Una cultura gastronómica que está en peligro de extinción en el norte de Londres si el mercado no consigue el apoyo necesario para evitar los planes de la empresa propietaria del terreno, Grainger PL, para remodelar el mercado incluyendo hogares en el primer piso y nuevos puestos comerciales en la planta baja.
Pese al futuro incierto del mercado, los negocios continúan creciendo y desarrollándose. Tal es el caso de la primera bollería del mercado, recientemente estrenada. Gustavo, que trabaja en la bollería nos hace un tour por la variedad de bollos que cocinan y venden en el local. Pan de bono, buñuelos, almojábanas, pañoletas (dulce de arequipe), arepa de torta de maíz rellena de queso, pastel de pollo, chicharro (dulce de guayaba), así como postres, flanes de mora, milhojas…
Mientras tanto la lucha continúa por preservar el mercado, mientras la empresa Grainger intenta comprar el terreno que no posee y sin el cual le sería imposible comenzar la reurbanización del mercado. Un hecho que, llegase el momento, podría mostrar, como Mirca Morera describió en su carta contra el derrumbe dirigida al ayuntamiento “que los comerciantes latinoamericanos son marginalizados…y que la estrategia [de reurbanización] de Haringey [el ayuntamiento local] es elitista y no toma en cuenta la gente local”.
Por lo menos, entre petición de firmas, luchas por ser reconocidos y esfuerzos por mantener el mercado, la comunidad latinoamericana así como todo aquel buen aventurado, tiene un lugar de respiro en el que adentrarse en la gastronomía latina y olvidarse por un momento de la incesante actividad londinense.