Un tour gastronómico por la Ciudad de México
Por Tania Farias
A pesar de ser una de las ciudades más grandes del mundo, la Ciudad de México no ha sabido ganar su fama únicamente por sus atractivos turísticos. Al contrario, en los últimos años, ésta ha sido reconocida por su alta densidad de población, su contaminación, su tráfico interminable y por supuesto, como es muy común en las grandes ciudades, la inseguridad. Sin embargo, al ser la capital de un país tan rico cultural e históricamente hablando, en esta metrópoli se concentra una gran parte de la cultura mexicana, dentro de sus museos, sus barrios, sus ruinas. Y de la misma manera que cada región de México tiene su propia cocina, la ciudad de México también cuenta con sus propias delicias culinarias, a la vez que ofrece con facilidad cualquier tipo de cocina de las otras regiones en México.
En Londres la gran mayoría de mexicanos que he conocido provienen del Distrito Federal y conversando con ellos he empezado a descubrir la Ciudad de México a través de sus historias. Conversando con una de mis amigas, nació la idea de escribir sobre una visita de tres días a la Ciudad de México y sus alrededores, pero de una manera distinta: a través de su gastronomía, conociendo lugares y platillos típicos de la ciudad. Por supuesto, lo propuesto aquí no es exhaustivo, y es sólo un ejemplo de las muchas cosas que se pueden hacer en la Ciudad.
Día 1
Después de haber llegado a la Ciudad de México o Distrito Federal (DF), durante la mañana, es probable que acercándose el medio día el apetito se haya abierto. Para comenzar, proponemos uno de los platillos con más tradición en el país: el pozole. Rojo o blanco, según la región, el pozole es uno de los platillos favoritos de los mexicanos. Su origen es precolombino y es una especie de sopa hecha con granos de maíz y según la región se le agrega pollo o carne de cerdo. Para disfrutar de este delicioso platillo les proponemos una de las sucursales de la Casa de Toño, un restaurante de comida casera mexicana.
Después de una satisfactoria comida. Nos dirigimos hacia Coyoacán, el cual es una de las 16 delegaciones del DF y se encuentra al centro del mismo. Coyoacán es como un pequeño pueblo dentro de la ciudad. Allí se puede pasear por sus numerosos callejones empedrados y disfrutar del ambiente bohemio del lugar. Mientras se visita, ¿por qué no disfrutar de unos churros con chocolate o de un helado, con sabores exóticos y poco usuales?
La cocina oaxaqueña es una excelente manera de terminar el día. Dentro de Coyoacán se encuentra un restaurante de comida de Oaxaca muy tradicional. Una tlayuda, la cual es una tortilla típica de los valles centrales del estado, o unos tamales al puro estilo oaxaqueño, son una excelente opción.
Día 2
En México el desayuno tradicional, puede ser copioso y consistente. Prueba de ello, son los chilaquiles, un platillo hecho a base de tortillas, salsas, carne y queso. Una vez más, las variantes dependerán de la región de la que provengan. Uno de los lugares tradicionales para disfrutar de este delicioso platillo es sin duda La Casa de los chilaquiles, restaurante que tiene sucursales en diferentes ciudades del país.
Además de los tradicionales chilaquiles verdes o rojos, en La Casa de los chilaquiles las opciones para acompañar este platillo son numerosas. Sólo es cuestión de elegir lo que más se acomode a nuestro paladar.
Después de un sustancioso desayuno, un paseo se impone. A 30 minutos en auto desde la Zona Rosa se encuentra la colonia de San Ángel en la delegación Álvaro Obregón. En esta colonia, cada sábado se lleva a cabo el Bazar del sábado, donde se venden artesanías tradicionales de diferentes partes de la República Mexicana. El área de San Ángel, tiene callejones empedrados, una plaza central donde se sientan los artistas, muchas casonas que ofrecen artesanía fina como hierro forjado, vidrio soplado, y una de ellas alberga al conocido Bazar del sábado.
Una vez terminada la visita de las casonas, es hora de disfrutar de un delicioso almuerzo. Uno de los lugares más tradicionales es la Fonda San Ángel donde se ofrecen una variedad de platillos, entre ellos el mole de olla, cuyo nombre denomina la mezcla de diferentes chiles y especias.
La Ciudad de México o Distrito Federal, es una ciudad vibrante con una elevada actividad nocturna, y es costumbre entre los jóvenes mexicanos que van de “antro” –irse de fiesta- hacer una parada, antes de regresar a casa, en alguna taquería para comer uno de los platillos más famosos, pero no muy bien conocido en el extranjero. No hay nada mejor que terminar la noche con unos tacos. Sobre la calle de Leibnitz se encuentra la taquería El Farolito, la cual ofrece servicio en sala o en el auto.
Día 3
Para terminar nuestra estancia en el Distrito Federal, nos dirigiremos a Toluca para visitar el jardín botánico y sus vitrales.
A 20 minutos de la ciudad de México dirección Toluca, se encuentra un lugar conocido como la Marquesa, donde hay varios puestos de comida, ahora ubicados en una zona al lado de la carretera. Este es un lugar ideal para hacer una parada para desayunar. Entre los antojitos que se pueden degustar en este lugar se encuentran las quesadillas, la sopa de hongos acompañados de un café de olla.
Una vez el desayuno terminado podemos continuar nuestro camino a Toluca para nuestra visita. En Toluca es muy típico el chorizo verde o los dulces de leche y las cocadas.
Acabada nuestra visita en Toluca podemos conducir a Metepec donde podemos pasear por su mercado y disfrutar de la variedad de colores, olores y sonidos que solo un mercado puede ofrecer. Para el almuerzo, ¿por qué no sentarnos en alguno de los puestos y ordenamos unos tacos de barbacoa o unos pambazos?
Tal vez, al final del día podemos sentirnos un poco llenos, pero no podemos partir sin deleitarse con una última cena antes de dejar la capital. Nos dirigimos a la Casa del Sureste en la Zona Rosa, donde podemos complacernos con la deliciosa comida de Yucatán: una cochinita pibil, un queso relleno, o una sopa de lima, serían excelentes opciones para cerrar con broche de oro nuestra visita.