Una expat mexicana en Londres

Jul 01, 2015 Comments Off on Una expat mexicana en Londres by

Lourdes Pacheco es una mexicana que llegó al Reino Unido hace 6 años. Con esfuerzo y determinación Lourdes  ha logrado construir una carrera profesional exitosa y que le ha permitido emigrar al Reino Unido con excelentes condiciones. Ella nos cuenta su historia.

Siempre viví en el área conurbada de la ciudad de México, porque allí vivieron mis padres desde que se casaron aunque originalmente venían de Campeche. A pesar de los sacrificios que representó, estudié en el ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México) porque era la mejor universidad para estudiar Administración y Negocios y valía la pena hacerlos. Y creo que fue mi pasaje por esta escuela la que definió lo que haría más tarde, así como las posibilidades que podría tener de manera profesional.

En agosto del 2009 dejé México, digamos que estaba aburrida de hacer lo mismo. Trabajaba como oficial de crédito en un banco, pero me encontraba en un estado donde lo que hacía ya no me costaba ningún esfuerzo. Había estado allí durante dos años y tampoco veía muchas perspectivas de progresión, y pues siendo un banco con cobertura global decidí empezar a buscar alternativas en el extranjero. Había muchas posibilidades porque podía haberme ido a cualquier otro lugar en América Latina, pero si elegía alguna de esas destinaciones sería para transmitir el conocimiento. Por otro lado,  podía irme a un lugar más sofisticado donde mi rol sería diferente, iría a aprender y me permitiría continuar creciendo. A mí lo que más me interesaba era aprender nuevas cosas, entender mercados más sofisticados, algo que fuera retador. Entonces, mi visión era irme a una ciudad como New York, porque Estados Unidos estaba cerca, o las otras dos opciones que tenía eran Londres u Hong Kong.  Un buen día, supe que había una posición en Londres y envíe mi aplicación. Tardó mucho tiempo en concretarse mi traslado porque de hecho tuve que aplicar en dos ocasiones. Fue hasta en abril del siguiente año que me dijeron que había sido seleccionada y aunque todo el proceso fue muy tardado, cuando finalmente me dijeron que había sido aceptada todo fue muy rápido y me informaron que tenía que estar aquí en un mes.

Yo tenía que arreglar muchas cosas. No era solo dejar mi puesto de trabajo, sino también arreglar mis cosas personales y bueno, yo era responsable de mi mamá quien necesitaba muchos cuidados. Mi partida significó que tuve que llevarla a Monterrey para que mi hermana  pudiera cuidarla y obviamente primero tuve que hablar con ella y mi cuñado para saber si estaban de acuerdo en apoyarme, y pues, sí aceptaron, porque de otra forma no hubiera sido posible traer a mi mamá, ya que ella no hablaba inglés y no podía quedarse sola en un lugar donde no la entendieran o que la gente no la entendiera.

Llegué con un contrato de dos años, era un secondment, que después se extendió a tres. Siento que lo más difícil no fue llegar a Londres, sino dejar México en el último momento. Sabía que lo quería hacer, y lo estaba haciendo porque yo así lo había decidido, pero de repente te das cuentas que tienes que dejar todas tus cosas, que pocas o muchas te costaron mucho esfuerzo tenerlas. Entonces es renunciar a muchas cosas, a todo lo que tienes, a tus amigos porque los dejas y te mudas a un lugar donde desconoces cómo te va a ir.  Tenía amigos que habían vivido en el extranjero, en New York y decían que lo más difícil era conseguir amigos y se habían sentido solos por mucho tiempo. Digamos que yo venía preparada para eso y me dije que no importaba porque mi principal objetivo era el trabajo y desarrollo profesional.

Personalmente, lo más complicado fue el ubicarme en la ciudad porque tenía 6 semanas para encontrar un lugar donde vivir. Había estado aquí mucho tiempo antes y solo por tres días y no conocía a nadie. Cuando no conoces, no sabes si te vas a ir a lugar correcto o no, la renta, no sabes si lo que te piden es mucho o poco y no sabes si te va a alcanzar el dinero que tienes pues no es a lo que estás acostumbrada. Al final no fue tan problemático porque me quedé viviendo en el mismo edificio al que originalmente había llegado. Sólo subí 4 pisos. Y en términos de amigos, tuve suerte, porque uno de mis ex jefes se había cambiado también a Londres poco tiempo antes y él le avisó a los otros mexicanos que estaban trabajando aquí que una nueva mexicana llegaría y pues hubo un grupito de personas que se volvieron mis amigos.

Al cabo de los tres años, se suponía que tenía que regresar a México porque ya no tenía trabajo aquí pero las posibilidades que encontraba allá eran muy limitadas. Era regresar a lo mismo que tenía antes de venir, y tenía mucho menos sentido ya que si en algún momento me vine porque ya estaba aburrida, después de tres años y ver un mundo más grande, por así decirlo, regresar a lo mismo era aún peor.  La otra razón por la cual no me veía regresando era que después de tres años ya tu vida está hecha en donde quiera que estés y también ya tenía mi grupo de amigos y la verdad es que la estaba pasando muy bien, y en México no es que no tuviera amigos, pero nuestros intereses ya eran muy divergentes.

Entonces empecé a ver si había otra oportunidad para poder quedarme aquí. Fue un esfuerzo muy grande. Tuve que buscar mucho y afortunadamente pude encontrar algo en el último momento. Recuerdo que incluso ya le había pedido a la persona encargada del área que comprara mi boleto de regreso y que arreglara el envío de mis cosas a México. Ya estaba casi todo listo para irme, cuando en el último momento conseguí un nuevo puesto de trabajo y tuve que parar todo de inmediato. Mucha gente se sorprendió, porque obviamente las extensiones que había tenido antes eran dirigidas. Pero esta vez ya no había extensiones y una semana antes de tener que regresar avisé que no me iría.

Mientras más lo pienso, más me convenzo de que venirme fue la decisión correcta y por el momento todo parece indicar que va para largo. He crecido en todos los sentidos. De forma profesional he tenido muchos retos, los he superado, de repente es muy intenso pero nada en la vida es gratis y de forma personal también he hecho muchas cosas que a la mejor estando en México no hubiera hecho, he ido a lugares que ni imaginaba con ir o que pensaba que “sí, tengo ganas de ir pero no lo haré porque está muy lejos” o porque me parecía muy inhóspito o porque no me atrevía a ir sola y no veía a mi alrededor a nadie que quisiera acompañarme.

El mayor cambio, para mí, fue el renunciar a todo lo que tenía en México y venirme,  pero por ejemplo oigo a mucha gente que dice que extraña mucho a México o que dicen “¡Ay cómo sacrifico tanto estando aquí!”. Para mí no es sacrificio, me encuentro bien. Probablemente no sea lo más fácil vivir en una ciudad tan grande y tener que hablar otro idioma, pero a mí no me duele ni me cuesta. Obviamente mi familia está lejos y de todas formas no es que vivíamos en la misma ciudad y sí, estoy más lejos, pero así es la vida.

 

 

Print Friendly
Tweet
La revista, Mi historia

About the author

Adriana es Directora de Ventana Latina desde 2010.
  • Twitter
  • Facebook
  • StumbleUpon
  • Digg
  • Technorati
  • Delicious
Comments are closed.