Poesías de L. Santiago Méndez Alpízar
L. Santiago Méndez Alpízar (San Juan de los Remedios, Las Villas, Cuba, 1970). Tiene publicados los libros Plaza de Armas (Premio Nacional de Poesía Pinos Nuevos, Editorial Letras Cubanas, 1995), Rockason con Virgilio Piñera (Editorial Betania, Madrid, 1996), la antología de cuatros libros, ¿Entonces, qué? (Editorial Verbum, Madrid, 2008), Bagazo: poemas iberos (Efory Atocha ediciones, Madrid, 2010, y Edit. Lancom, Lima, 2014) , Perversión del lenguaje, marginalia e historia (Efory Atocha ediciones, Madrid, 2016) y Punto negro (Bokeh, 2016).
Desde 1996 reside en Madrid, donde edita y coordina la Colección Atocha de Literatura Hispanoamericana.
Discurso en Pico Sacro
señor
haz de saber
tu distancia es lo único que he conocido
más allá de la mugre
así mi cuerpo
recipiente de flujos
músculos para llamaradas perpetuas
resiste / no me quejo
tampoco hay miedos
señor
ninguna idea para el arrepentimiento
luego de la ignorancia
la maldad no socava lo que fecundo
señor
nada perverso -fuera de lo que soy por ser quien eres- dejaría olvidar
de lo que he ido muriendo hasta la fecha
nada hay que puedas:
la luz que traigo y sabe a yerba
a caminos de tierra
ríos no contaminados
-todavía-
a esta paz que produce saberte ausente
señor
tan ocupado de otros mundos/ los demás
llenito de episodios trascendentes…
mientras voy -de a poco a poco- sobreviviendo de los hongos del verso
el polvo acumulado
como la sombra enmarañada de los elásticos salgueiros
que dominan a las grandes riadas sin embargo
Poética Martiana
He partido de todo
/ ahora sólo queda hacerse un hueco /
/ no hay un lugar para echar raíces…
no basta una Casa /
Estos que te mojan son mis mares
He partido de todo para llegar a ellos
Estoy a salvo de una Patria
RAZONES
Pongamos que todo es falso
tu cama /
la escuela de los niños
el parque de los monárquicos árboles y sus lagos /
las carpas
los patos
el tren y las iglesias /
Pongamos que no es natura /
que el tizne tizna y la melcocha:
dúctil
Por lo menos diferenciar:
cielo
del
pozo
La voz
del
gentío
Las cosas todas sellan una suerte
una manera de suceder lo inevitable
La vida ni siquiera es comienzo /
ni vida sea en la efigie de argamasa
Cualquiera puede repetir un nombre /
seguir las lucecitas
la mecánica
Conspirar con la inercia /
ser inercia
Olvidar que todo es falso /
sus tetas
los tomates
mi voluntad esnifada /
El que reparte la suerte:
bolita de algodón que sopla el viento /
y el viento moja