Pepe Viyuela habla con Ventana Latina sobre su reciente paso por Londres en el Festelón
Por María Estévez-Serrano
A su paso por Londres Pepe Viyuela, actor, payaso, poeta y al menos de formación, también filósofo; dejó sonrisas, reflexiones, carcajadas, sol y calor. Y es que este payaso sin fronteras actuó en la que ha sido, y probablemente será la semana más calurosa y soleada del año en la ciudad del Támesis. Al público le dio igual y abandonaron planes “al fresco” y picnics al sol por butacas a la sombra del teatro que colgó el cartel de completo en todas sus actuaciones.
Ventana Latina a cambio se lleva a Madrid la maleta cargada de lluvia ya que nos han dicho que por allí hace mucha falta. Y así, resguardados en el invernadero del Jardín Botánico, empezamos esta entrevista.
Ventana Latina (VL): Acabas de estar en Londres invitado por el Festelón (Festival de Teatro Español de Londres) con tu espectáculo “Encerrona” ¿Cómo ha sido tu experiencia por allí?
Pepe Viyuela (PV): Pues ha sido una experiencia muy sorprendente porque no me lo esperaba tan bien. Siempre que vas a los sitios tienes unas expectativas y esta vez se han visto superadas. Sobre todo por el entusiasmo, la vocación y la voluntad del equipo y de la gente que lo organiza, que hace que te sientas bien acogido y valorado. Pero además de lo que tú hagas como artista, el festival tiene una función social importante en cuanto a la divulgación de la cultura española en Londres y establece una conexión entre dos orillas, entre dos lenguas. Abundaría sobre todo en el hecho de la vocación con la que se hace, la voluntad infinita que tiene su directora, Mariví Rodriguez-Quiñones, y como contagia su entusiasmo a todo el equipo de colaboradores. El hecho de que casi todo el equipo sea voluntario me parece importantísimo de resaltar, porque vivimos en un mundo donde parece que todo se hace por un valor material y allí es lo que menos importancia tenía.
VL: ¿Cómo has sentido el ambiente de un Londres post-Brexit?
PV: Aquí tengo un problema yo, porque claro, al no poderme comunicar con la gente en su idioma y tener que estar pendiente de traducciones y demás, pues me he cortado mucho de hablar. Pero lo que se siente es estupefacción por parte de la gente, un lamento por lo que ha ocurrido. Creo que hay una sensación de resaca negativa. Había un silencio muy elocuente de rechazo hacia el Brexit, al menos lo que yo he vivido. Pero claro son intuiciones, no lo tengo constatado en ese sentido. Hablar con españoles sí lo he hecho y es esa sensación la que me han transmitido, decepcionante y chocante a la vez porque en Londres quizá no se respira tanto el espíritu del Brexit, sino que es algo más propio de zonas rurales alejadas de la metrópoli, pero aun así es un hecho ya, está en marcha la desvinculación del continente y eso yo lo he percibido como decepcionante, triste y trágico también, no como algo a celebrar. Es un paso atrás. La incertidumbre con la que lo estáis viviendo los que lleváis más tiempo allí, es algo que se respira. Pero como te digo es una impresión muy vaga y muy etérea y a lo mejor también condicionada por lo que yo quiero pensar y por mi propia ideología.
VL: En el Festelón diste también una conferencia sobre tu experiencia con la ONG “Payasos sin Fronteras” y sobre el humor como herramienta de intervención social. ¿Podrías hablarnos un poco de la labor de “Payasos sin Fronteras” en países en conflicto en Latinoamérica?
PV: En Latinoamérica yo personalmente no he estado todavía, pero se han hecho expediciones a Colombia y a México. Aunque yo no haya estado allí aún, todas las expediciones tienen el mismo contenido y el mismo sesgo, que es ir a lugares donde se están desarrollando conflictos y se suele viajar a zonas deprimidas. En México por ejemplo,
se viajó a la región de Chiapas, y allí no hay campos de refugiados como ocurre en Siria, pero se viajó a zonas rurales donde muchas veces los niños han vivido situaciones traumáticas y de violencia más o menos cercana. Y la idea es siempre la misma, contrarrestar ese efecto nocivo de la violencia y de la agresividad, con la aportación de lo que los payasos podemos hacer con los espectáculos que llevamos.
VL: Y en el caso de “Payasos sin Fronteras” ¿hay alguna diferencia entre viajar a lugares donde hay barrera idiomática y donde no la hay?
PV: Sí, siempre. En los lugares donde se habla el mismo idioma que el nuestro, los espectáculos pueden ser hablados, te puedes dirigir al público a través de la palabra, pero en los otros no, en otros lugares tienes que limitarte a lo visual. No obstante, lo esencial, se mantiene en ambos casos. La empatía a través del humor, a través del lenguaje de las artes circenses…hay algo que supera incluso las posibilidades de la lengua, que es superar la distancia entre las personas a través de la energía que desprendemos. En el momento en el que alguien como público ve que lo que le estás ofreciendo invita a la participación, a la alegría, al juego, a lo lúdico…más allá de lo idiomático, pues enseguida te cogen de la mano, te tiras por el suelo…en fin juegas, participas, te integras. Yo la experiencia que he tenido es en lugares donde se habla otro idioma, pero por las imágenes y por los testimonios de compañeros que han viajado a estos lugares donde se habla castellano, la experiencia es igual. Yo creo que el “sin fronteras” del nombre de la organización tiene que ver con eso, con la idea de que con lo que nosotros hacemos, las fronteras se desdibujan, se borran. De la misma manera que la medicina también es universal, el lenguaje de la salud, y de lo que se pretende a través de las vacunas, y de las operaciones, y de todo lo que hace por ejemplo “Médicos del Mundo” o “Médicos sin Fronteras”, pues yo creo que en el lenguaje del payaso, y en general en el de la solidaridad, importa poco el idioma porque siempre va a haber posibilidades de comunicación y de conexión. Esto es algo que lo posibilita el lenguaje de la solidaridad, el lenguaje de aquel que quiere estar con aquellos que lo están pasando mal, y prestarle y ofrecerle aquello que sabe hacer para que mejore su situación. Eso siempre funciona, siempre acerca; al contrario que la agresividad y la violencia que lo que hacen es distanciar.
VL: Aparte de payaso, eres actor, poeta y al menos de formación, también filósofo.
PV: Bueno sí, estudié Filosofía.
VL: Estudiaste Filosofía, y eso queda ahí, el poso queda ahí…
PV: Sí, es verdad, siempre queda…
VL: A lo que voy es que la Filosofía y el payaso tienen una cosa importante en común, que es el cuestionamiento de la realidad, el hacerse preguntas cada uno con sus herramientas, pero al fin y al cabo cuestionar el mundo al que pertenecen. ¿Crees que por ello ambos están denostados, marginados en nuestra sociedad?
PV: Pues no lo sé…sí, supongo que tiene que ver con eso. Todo lo que suponga una visión individual, o una visión libre de lo que te rodea, pues se sale de lo que podríamos denominar el rebaño, y ya es mirado y cuestionado de algún modo. El payaso tiene una cercanía con la locura, y con una locura digamos sana, la locura de que las cosas puedan ser de otra manera, y eso siempre es algo revolucionario. Y la Filosofía, bueno, no toda la Filosofía, pero en general se caracteriza por dudar constantemente acerca de los paradigmas y en un momento determinado, darles la vuelta; por tocar las narices en definitiva. Y desde ese punto de vista, pues sí, puede que sea por eso. Además el payaso representa todo lo que no nos gusta en esta sociedad, que es el fracaso, la exclusión a través de la propia torpeza, el no vestir al uso, el tambalearse, la duda respecto a cómo se hacen las cosas o el desconocimiento; representa la vulnerabilidad en una sociedad que valora el éxito, la apariencia de nuestros coches, de nuestra ropa, que valora nuestra supuesta infalibilidad, porque nunca nos equivocamos, ni admitimos nuestros errores. En esa realidad, pues claro, el payaso se acaba convirtiendo incluso en un insulto en nuestra propia lengua. Que alguien sea un payaso, es algo mal visto por los biempensantes. Así que yo creo que sí, que sí que tiene que ver, porque al fin y al cabo el payaso es un filósofo. Es un tipo que se acerca a la realidad cuestionándola o por lo menos no tomándosela en serio del todo. Y eso también es peligroso, es muy subversivo y muy revolucionario reírse de las cosas. El payaso siempre se ha reído del poderoso, del que tiene las cosas muy claras y cree que no se equivoca nunca; es desestabilizador desde ese punto de vista y por eso me gusta tanto. No solo porque sirva para tocar las narices a los otros, sino porque sirve también para tocarme las narices a mí mismo y cuestionar mis propias convicciones, para asumir, aceptar y querer mis propios límites. La filosofía del payaso me ha ayudado mucho desde que lo conozco, me ha ayudado a conocerme y a aceptarme y a moverme mejor en el mundo en el sentido de que me muevo más cómodo. Si me equivoco lo acepto. Desde el payaso aprende uno a no pontificar y a poner en cuestión las propias palabras, lo cual te sitúa ante el diálogo en una posición privilegiada, porque se aprende a escuchar y a no considerar como inamovibles tus propios posicionamientos. Hay que tener principios, pero muchas veces hay que bucear en ellos para ver dónde están asentados y ver si realmente no conviene moverlos unos centímetros no vaya a ser que nos estemos equivocando. Muchas veces la religión nos lleva a integrismos y posicionamientos excesivamente peligrosos precisamente por lo inamovible de sus premisas. Y el payaso lo cuestiona todo, hasta la religión. Y eso es bueno, contagia la duda. Es bueno saber que estamos en un territorio movedizo, que nos podemos hundir en cualquier momento y que no somos poseedores de la verdad y de la razón…Y menudo rollo que te acabo de contar (ríe)
VL: Para nada, es un placer escucharte. Es más, los que hemos tenido la suerte de disfrutarte en Londres nos hemos quedado con ganas de más ¿Qué otros proyectos tienes en mente? ¿Dónde te vamos a poder ver próximamente?
PV: Pues aparte de “Encerrona” que es lo que se ha visto en el Festelón y que sigue funcionando y voy a seguir haciéndolo, hay una obra de teatro que se llama “Mármol”, escrita por una autora irlandesa Marina Carr y que terminaremos con ella a finales de este año o principios del que viene. Este es un proyecto teatral que hemos producido nosotros con la productora pequeñita que tenemos “El Vodevil”. Aparte de eso tengo una serie de televisión que voy a empezar a grabar en agosto aquí en España para Antena 3 y que se va a llamar “Matadero” y voy a estar con ello hasta enero. A partir de enero ya empiezo con proyectos de teatro, uno aquí en la Compañía Nacional de Teatro Clásico que es “El Burlador de Sevilla” que empiezo a ensayar el 12 de febrero y que estará en Madrid en abril y mayo del año que viene y luego irá al Festival de Almagro. Hay luego también un proyecto para el Festival de Teatro Clásico de Mérida, que es el “Filoctete” de Sófocles y después ya para octubre del año que viene un “Esperando a Godot” de Antonio Simón y que estoy deseoso de hacer porque nunca lo he hecho y me gusta mucho. Aparte estamos produciendo una obra en la que no voy a participar como actor, solo como productor y que ha escrito una compañera actriz, Sandra Ferrús, y que se llama “El sueño de Elvis”. Es una reflexión a través de una vivencia personal suya, sobre el mundo de la esquizofrenia y de la exclusión de la enfermedad mental en nuestra sociedad. No sé cuándo se estrenará, pero yo calculo que a principios del año que viene. Otros proyectos pues son escribir un libro sobre teatro, para nada ambicioso, en el mismo tono de “Bestiario de Circo”; en un tono poético y en el que no se investiga sobre el teatro, sino que se fabula con pequeños poemas en prosa sobre los personajes que componen el mundo del teatro, los actores, los autores, los técnicos…y bueno es un juego con el que me quiero divertir mucho. Eso es lo que tengo en la cabeza…la verdad que tengo proyectos muy bonitos para bastante tiempo.
VL: Vamos que tenemos Pepe Viyuela para rato.
PV: Bueno no sé si todo saldrá adelante, de momento son proyectos…unos más afianzados que otros, pero todos muy apetecibles.
VL: Y a Londres, ¿vuelves?
PV: A Londres no tengo ninguna previsión de ir a no ser que me escape un fin de semana a ver teatro y a ver amigos…no tengo nada previsto. Hombre el vínculo con el Festelón me gustaría que se mantuviera para poder contribuir y colaborar en la medida que pueda a la buena salud del festival y ese es ya un punto de contacto importante y con ese motivo pues quizá tengo que hacer algún viaje para reunirme con Mariví o a participar en alguna actividad. Puede que el Festelón sí sea un punto de contacto que ya me permita vislumbrar alguna visita más.
Al término de esta entrevista ya no estamos en el invernadero del Jardín Botánico de Madrid porque a la mitad hemos tenido que salir interrumpidos por un tropel de niños de excursión. Paseamos entre los árboles de este oasis de tranquilidad en el centro de la capital y el sol poco a poco va ganando la batalla a las nubes.
¿Será mago también este payaso que allí por donde pasa sale el sol? Te esperamos en Londres, Pepe Viyuela.