El legado que Violeta Parra dejó en las mujeres ecuatorianas
Por Carla Loaiza.
El legado de Violeta Parra es, sin duda, uno de los más grandes en Latinoamérica. Fue una de las voces femeninas más potentes, no solo por sus conmovedoras letras y su dulce voz, sino por el mensaje de sus composiciones que se hicieron eco desde los años 50 y 60 y se quedaron en las mentes y corazones de toda la región latinoamericana, especialmente de los chilenos, quienes se apoderaron de sus canciones para clamar libertad durante las represiones del Régimen Militar de 1973 en Chile. Esa dictadura cobró miles de víctimas porque muchos pensaban diferente.
Ese legado también llegó a tierras ecuatorianas en los años 60 y 70. Para los jóvenes de entonces escuchar la música de Violeta era sinónimo de lucha y justicia, perseguir esos ideales de igualdad era lo más importante. En 1972, en Ecuador también se vivió una dictadura que, aunque no trascendió tanto como en el caso de Chile, sí dejó muchas huellas imborrables, pero a la vez, recuerdos memorables como la música “protesta” de Violeta Parra, una mujer que inspiró a hombres y, más que nada, a mujeres de la época y a mujeres jóvenes que hoy en día se han dejado contagiar por la dulzura de su voz y sus inquietantes composiciones.
Hay muchas mujeres que la recuerdan con mucha admiración y afecto, pues Violeta sirvió como ejemplo de lucha y libertad para las mujeres ecuatorianas que no tenían tantas libertades y oportunidades como los hombres. No podían salir de sus casas, muy pocas estudiaban. E incluso, si una mujer pensaba diferente se la “veía mal”. La imagen de Violeta Parra fue un respiro y un empuje para aquellas que se sentían reprimidas por una sociedad que no tomaba en cuenta el pensamiento femenino.
Ventana Latina conversó con la artista ecuatoriana Érika Guamán, 26 años, soprano en el Coro Mixto de la Ciudad de Quito. Ella rindió un hermoso homenaje a Violeta en el mes de mayo en la capital ecuatoriana, como parte de los festejos por el Centenario de la chilena.
Guamán, con su potente voz, recordó a Violeta repasando sus conocidos temas como: “Volver a los 17”, “Run Run”, “Gracias a la Vida” o “Que he sacado con quererte”. En cada uno de los temas revivieron el sentimiento de lucha y romanticismo que la chilena puso en cada una de sus letras y demostró así que su legado “vive”, por eso el homenaje se llamó ‘Violeta Vive’.
Para Guamán, “todas las composiciones de Violeta Parra dejaron un legado de esperanza en cada uno de nosotros”, pues Violeta Parra se sirvió del arte para transmitir su descontento con las desigualdades sociales y evocaba, de alguna manera, esa posibilidad de cambio y de empoderamiento de las mujeres. Ella que nació de una familia muy humilde, logró trascender no solo al llegar a la ciudad de Santiago, sino al atravesar el Atlántico y convertirse en una artista de talla mundial. “Solo cuando logramos entender la importancia de la historia y principalmente la profundidad de sus letras uno logra sentirse identificado e inspirado”, asegura la quiteña.
Las canciones de Violeta Parra que más le gustan a Guamán son: “Volver a los 17”, “Que he sacado con quererte” o “Qué vivan los estudiantes”, pero la que más se acerca al sentir de esta joven —y de muchos ecuatorianos en general— es “Gracias a la Vida”. “Es lo que todos los días digo al levantarme, gracias por haberme dado la oportunidad de conocer este gran arte y con él llegar a todos los que me escuchan”, confiesa la joven artista, quien admira profundamente a Violeta.
Otro de los ejemplos claros de cómo esta chilena logró calar en el sentir y pensar de las ecuatorianas, es justamente en los años 70, cuando el pensamiento de libertad se veía lejano, pues una dictadura se avecinaba y las persecuciones eran recurrentes.
Blanca Freire, de 65 años, una psicóloga de profesión y miembro del Frente de Izquierda Politécnico (FIP), del que ahora quedan rezagos, contó a Ventana Latina que “el gobierno de esa época en Ecuador (de Guillermo Rodríguez Lara en 1972) tenía espías a todo nivel. Se convirtió en un cazador de las ideas de izquierda. Las casas eran requisadas”.
Según Freire, la mujer ecuatoriana era más conservadora en esos años y fue el pensamiento que venía desde Chile el que movió las mentes de aquellos jóvenes y despertó un interés político. Además de tener literatura política, que molestaba al gobierno de Ecuador, la música también fue una fuente de inspiración para ellos.
“Me emocionaba escuchar las letras especialmente de Violeta Parra. Las letras tienen un contenido bastante conmovedor y ante todo lo que más gritan es a la libertad, para alivianar lo que se veía en la época”, asegura Freire, quien vivió de cerca esa represión por pensar diferente. Su hermano, Carlos Freire –quien falleció en un accidente de tránsito hace 38 años—fue un líder político de izquierda muy activo. Fundó junto con otros miembros el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) de Ecuador, que todavía existe hasta hoy.
La influencia de su hermano Carlos fue la que le motivó a Freire a mantener una formación política que en esos años era mal vista “por ser mujer”. “Él fue uno de los verdaderos revolucionarios de la época. Siempre tuvo ese deseo de ayudar a los demás, de la justicia social, quería ir a las raíces, es decir, trabajar por los demás porque había un mal reparto de la riqueza”, asegura Freire.
Para esta psicóloga, Violeta Parra fue “una inspiración para las mujeres en este país”, pues siempre admiró el temple de la artista chilena quien creció en el campo y se dio a conocer en París, algo que muchas mujeres como Freire, querían alcanzar y lo veían tan lejano; sin embargo, Violeta era un ejemplo de que todo era posible.
“Su inspiración fue bastante poderosa porque yo ya no pensaba quedarme con los estudios del colegio, yo quería formarme profesionalmente y salir adelante”, relata Freire. Y esa inspiración ha quedado en la familia, pues su sobrina, lleva el nombre de Violeta. Su hermano Carlos la llamó así en homenaje a la cantante chilena.